"Es que recibir un golpe no rompe el lazo afectivo"
El viernes 22 de mayo de 2009, estaba escuchando a Martha Debayle en W Radio. No suelo escucharla porque la verdad luego me da flojera pero el programa de ayer me llamó mucho la atención.
Hablaron sobre la violencia en las relaciones de pareja. El tema es bastante recurrente en la radio mexicana. Basta con sintonizar un rato de los múltiples programas que ofrecen ayuda de psicólogos a los radioescuchas para poder escuchar los testimonios de mujeres que viven o vivieron situaciones de violencia intrafamiliar. Lo que me llamó la atención en este caso fue que, al escuchar sobre el caso de "Mónica", la invitada de Martha Debayle, finalmente pude entender que salirse del círculo vicioso del abuso y el maltrato no siempre es tan fácil.
Admito ser de esas personas que se preguntan cómo pueden otras soportar por años viviendo un infierno. ¿Cómo puede una mujer recibir la primera bofetada, el primer jalón de cabello, la primera patada y seguir viviendo ahí? . Más allá de la codependencia, del síndrome de estocólmo, de las limitantes emocionales y económicas, y de los trastornos psicológicos de víctima/victimario, creo que la educación que recibimos de niños puede ser otro factor de peso para armar la explicación sobre la violencia intrafamiliar.
"Es que recibir un golpe no rompe inmediatamente el lazo afectivo". Esa fue la frase que provocó que no le cambiara al radio. De inmediato pensé en los padres en general. En frases como "hago esto porque te quiero", "me duele más a mí que a ti", "es que sino, no entiendes", "lo hago porque soy tu madre/padre y te quiero. Nadie te quiere más que yo". ¿Será que ese tipo de actitudes son tierra fértil para que en la adultez muchas mujeres y hombres vivan la mentira de que alguien puede pegarte y aun así quererte? Si como hijos no nos cuesta trabajo creer que alguien puede violentarnos y, a la vez querernos, es probable que como adultos caigamos en la misma trampa.
No quiero decir, en ningún momento, que si un padre le da una nalgada su hijo no lo ama. Más bien busco llamar la atención sobre los métodos de enseñanza tradicionales y sus posibles consecuencias a futuro. Comprendo que hay situaciones en que uno ya no sabe qué hacer para que los niños entiendan y que poner un correctivo violento parece la única salida. La cuestión es que, si de verdad eres la persona que más lo ama en el mundo, si en serio lo haces porque lo quieres, ¿porqué le enseñas a tus hijos que pegarle a un ser amado está bien?.
Si los padres enseñan a sus hijos que uno no golpea a la gente que ama es menos probable que ellos lo hagan cuando sean adultos. Si en los hogares se enseña que quien te ama no te pone una mano encima, es menos probable que en el futuro se dejen maltratar por su cónyuge.
Una última cosa me llama la atención: que el tema se trata usualmente desde una perspectiva femenina cuando el maltrato y la violencia se da, en muchos casos, bilateralmente. No se engañen. Violentar a otro ser humano está mal, punto. No es una situación de género. "A las niñas no se les pega" repiten en casas y escuelas. Bueno, pues habría que enseñarle a niños y a niñas por igual que simplemente "no se pega".
Ya no me extenderé más con este post. Sólo les comento que el Instituto Nacional de las Mujeres tiene un test en su página de internet con el que pueden saber si su noviazgo muestra signos de violencia (es el banner morado con verde). El test tiene dos versiones, para que hombres y mujeres lo contesten.
V.